Los Barrionuevo de Torres:
Descendientes de los conquistadores cristianos.
A comienzos del siglo XIII, después de que Fernando III el Santo terminara la conquista del Reino de Jaén, comenzó la organización del territorio y la consiguiente llegada de nuevas gentes para asentarse en nuestro pueblo.
La repoblación se hizo fundamentalmente con gentes procedentes de Cuenca y Soria.En esta última ciudad existían doce linajes, uno de ellos era el de los Barrionuevo, cuyos antepasados se remontaban a los numantinos, gozaban de varios privilegios reales que les permitían recibir ciertas cantidades de dinero recibir ciertas cantidades de dinero además de no pagar impuestos.
Lucharon en la guerra contra los moros y en 1226 participaron especialmente en la conquista de Baeza. Uno de esos caballeros castellanos fue Diego de Barrionuevo, y por tal hazaña tuvo el honor de que su escudo de armas figurara en la parroquia de Santa María del Alcázar de Baeza, junto con el de los demás infanzones que participaron en la conquista.
Pues bien, su nieto, Hernán Martínez de Barrionuevo, y su biznieto, Hernán López de Barrionuevo vivieron en Baeza igual que su tataranieto Hernán López de Barrionuevo. Este último contrajo matrimonio en Bedmar y allí nació su hijo Cristóbal Sánchez de Barrionuevo que sería el padre del primer Barrionuevo que se afinco en Torres: Fernán López de Barrionuevo. Fue su madre Inés Fernández y pasado el tiempo contrajo matrimonio con María Ximénez. Cristóbal y María fueron los padres de Bartolomé Ximénez de Barrionuevo, torreño que desde 1539, año en que Francisco de los Cobos compró la Villa de Torres, Hasta 1551 figura en las actas capitulares como escribano público y del Concejo.
Además también fue mayordomo de María de Mendoza, viuda de Francisco de los Cobos, así consta en la inscripción del año 1565 que figura en la fachada de la casa que fue propiedad de su señora María de Mendoza y que destinó para su vivienda.
En 1582, sus padres fundaron una capellanía en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, y en 1605, su hijo, Martín Sánchez de Priego fundaría otra, y su nieto, Bartolomé de Barrionuevo en el siglo XVII figura como propietario de una capilla en la citada iglesia situada a mano izquierda del altar mayor. La fundación de capellanías era una práctica religiosa muy arraigada en la España de entonces. Era una obligación que contraían los clérigos con las personas que instituían las citadas capellanías. La obligación consistía, por parte del clérigo, en decir cierto número de misas por el alma de los fundadores, a cambio, estos, en herencia, dejaban a la iglesia un buen patrimonio para que sus rentas le permitiese costear los gastos que generaban la celebración continuada de las misas.Aunque toda la sociedad participaba de esta creencia religiosa que les aseguraba la salvación del alma, solamente unos pocos privilegiados podían practicarla: aquellos que poseían tierras.
Con el paso de los siglos las capellanías fundadas por los Barrionuevo aún existían. La que fundaron en el siglo XVI, en 1761 la poseía Bernabé de Barrionuevo, miembro de la congregación de San Felipe Neri de Granada y la que fundaron en el siglo XVII, en la centuria siguiente figura como capellán, Eufrasio de Villegas, presbítero de Jaén. Sin embargo, en el siglo XVIII en Torres ya no quedaban Barrionuevos como miembros integrantes de la nobleza, por entonces esta estaba representada por el hidalgo Eufrasio Giménez de Monrroy y por la Marquesa de Camarasa, titular del señorío que detentaba el poder en Torres.
Pero lo que hoy sí podemos conocer de los Barrionuevos, son sus escudos de armas. Se encuentran en la iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán, sobre los arcos que cubren las capillas que hay en las naves laterales a ambos lados del altar mayor. Ellos fueron los propietarios de estas capillas, hoy dedicadas a la Virgen de los Dolores y al Sagrario.
Los escudos, que han sido estudiados por Andrés Nicás, presentan un buen estado de conservación, son de escayola y pertenecen al siglo XVII.
El de la nave izquierda, está dividido en dos partes, en la de la izquierda presenta una torre, tres espadas de oro y una espiga, son las armas de los Sánchez, no olvidemos que Cristóbal Sánchez fue el padre del primer Barrionuevo torreño, y el que instituyo la primera capellanía de su linaje.
A la derecha, dividida a su vez en cuatro partes, figuran dos cruces y dos castillos de oro, las primeras sobre azul y los segundos sobre rojo, son las armas de los Barrionuevo. El blasón de la nave derecha también está dividido en dos partes, en la izquierda se repiten las armas de los Barrionuevo y en la derecha aparecen una banda y una torre de plata (este escudo parece representar las armas de la familia Jiménez).
Ambos blasones están rodeados por una cartela en forma de pergamino y coronados por el yelmo que hace alusión a la condición hidalga de sus propietarios. A su vez, los yelmos están adornados con plumas y de ellas parten lambrequines que caen sobre los escudos. Son representaciones heráldicas que, lo mismo que los antiguos legajos del archivo, nos transmiten la historia de los torreños. En este caso, los blasones nos transportan a la reconquista, a los Barrionuevo que desde Soria Llegaron a fundar sus hogares en nuestra tierra.
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