Torres - Historia – Fuentes
ARCHIVO ARCHIVO GRAL DE SIMANCAS. Registro General del Sello. Valladolid, C.S.I.C., 1953-1956, 12 vols.
ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS. Registro General del Sello. Nueva ed. rev. reform. y prep. por María Asunción de Mendoza Lasalle. Madrid, Valladolid, C.S.I.C., 1950-1974. 12 vols.
Contiene:
(1) 3 de enero 1477. Ocaña.
Carta a los justicias, a petición de ciertos vecinos de los lugares de Loeches, Torres y Pozuelos, para que hagan restituir a estos las acémilas y otras cosas que indebidamente se les hayan tomado. Fol. 243. Vol. 1, pág. 213.
(2) 17 de noviembre 1483. Vitoria.
Emplazamiento contra Juan de Ayala corregidor de Baeza y consortes a petición de Díaz Sánchez de Torres, vecino de dicha ciudad, sobre cierta elección de escribano de aquel concejo.- Consejo. Fol. 279. Vol. 3, pág. 242.
(3) 2 [octubre] (1) 1490. Córdoba.
Carta de justicia sobre las injurias y daños que reciben los habitantes de la villa de Torres del comendador Juan de Mendoza.- Rey. Fol. 332. Vol. 7, pág. 452.
(4) 8 de junio 1491. Real de Sante Fé.
Cartas sobre los portazgos, pasajes, rodas, castillerías, almojarifazgos, etc., que indebidamente se cogen en Andalucía, de que se quejan los mercaderes, dueños de ganados y otras personas.- Van dirigidas las cartas a los concejos de Jaén, Ubeda, Baeza, y Andujar, y a Calatrava, a las villas y lugares de los maestrazgos de Santiago y Calatrava a varios comendadores de estas Ordenes, a loa alcaides de las fortalezas de Quesada, La Figueroa, etc., a las villas de Jimena, Torres, Bedmar, Albanches, etc.; al adelantamiento de Cazorla, a Alonso de Carvajal “cuya es Jódar”, y a Rodrigo de Maldonado, comendador de Yeste, para que no consientan coger tales imposiciones.- Reyes. Fols. 16 a 18, 20 y 21. Vol. 8, pág. 251.
(5) 3 de abril 1492. Córdoba.
Comisión a Alonso Enríquez, corregidor de Baeza, a petición de Martín Quemado, vecino de esa ciudad, que se querella de Alfonso Albarracín, alcaide de Recena que es de la Orden de Calatrava y de la encomienda de frey Juan de Mendoza, por los malos tratos recibidos, confiscación de bienes y haber dado muerte a su hermano, Alfonso Quemado.-Consejo. Fol. 236. Vol. 9, pág. 163.
(6) 16 de abril 1492. Santa Fe.
Se ordena a Juan García de Villarreal recibir los testigos que presente el comendador frey Juan de Mendoza, alegando los derechos que tiene para percibir el portazgo de la villa de Torres.-Consejo. Fol. 184. Vol. 9, pág. 187
(7) 16 de abril 1492. Córdoba (1)
Carta de justicia a Alfon Enríquez, corregidor de Baeza, para que haga justicia a Martín Quemado, vecino de esa ciudad, sobre el encarcelamiento a que fue sometido, en unión de su
hermano, por Alfonso de Albarracin, alcaide de Recena, villa perteneciente a la Orden de Calatrava y a la encomienda de frey Juan de Mendoza.-Consejo. Fol. 327. Vol. 9, pág. 188.
(1) Error de la fecha o localidad. Los del Consejo Real parece estaban en Santa fe desde el 8 de este mes. ¿Será este registro de marzo?. Firman los mismos que en el Real.
(8) 9 de junio 1492. Córdoba.
Al bachiller Fernando de Morales, alcalde de Andujar, que reciba las declaraciones de testigos de frey Juan de Mendoza, comendador de Torres, acerca de sus derechos al portazgo de esa villa, del que se apoderó Juan Garcia de Villarreal cuando el estaba en la guerra de Granada.-Consejo. Fol. 238. Vol. 9, pág. 361
(9) 23 de septiembre 1494. Madrid.
Para que el corregidor de Ubeda y Baeza informe acerca de por qué Gutierre de Torres, vecino y regidor de dicha ciudad de Baeza, después de tener dada a su hija doña Juana de Torres a Gonzalo de León, regidor de esa ciudad, se la entregó a Juan de Mendoza, comendador de Torres y Jimena, ambas veces por cierta cantidad de maravedíes.-Consejo. Fol. 122. Vol. 11, pág. 451
(10) 6 de octubre 1494. Madrid.
Al corregidor de Baeza, a petición de su concejo, para que se aplique la Ley de Cortes de Toledo de 1480, sobre restitución de términos, porque Alonso de Carvajal, señor de Jódar, el comendador Juan de Mendoza, vecino y regidor de la citada ciudad, y Pero Sánchez de Carvajal, vecino de Andujar, ocupan sus términos y ciertos asientos de colmenas.-Consejo. Fol. 456. Vol. 11, pág. 489.
ARRIBAS, María Soledad. “Deportación de los moriscos de Torres a la ciudad de Valladolid en 1572. Fuentes documentales”. Sumuntán, vol. 1, nº 1, 1991, págs. 35-46.
TEXTO Introducción. Durante el reinado de Felipe II, uno de los sucesos más lamentables que ocurrió fue la sublevación de los moriscos del reino de Granada en el año 1568. No solo la guerra propiamente dicha sino también el funesto resultado, consecuencia del triunfo de las armas reales, es decir la deportación en mas de los moriscos, originaron en su tiempo una conmoción social que recogen todas las historias referentes a aquellos años, desde los estudios y monografías más especializadas hasta los manuales de bolsillo.
La expulsión de los moriscos del reino de Granada se hizo de forma escalonada en tres momentos diferentes: (1) primero durante la guerra, pues conseguida la autorización real, las autoridades, deseosas de facilitar las operaciones militares empezaron a hacer deportaciones parciales como las de los moriscos del Albaicin en junio de 1569 o la de la Vega de Granada en marzo de 1570 entre otras, acciones que no fueron definitivas porque no afectaban a la totalidad de los habitantes, ya que unos se libraron y muchos más consiguieron evadirse.
La segunda fase corresponde a la deportación que se hizo en noviembre de 1570, y que fue la más importante de las tres. Todo el reino fue dividido en siete zonas con siete centros de agrupamiento, de donde se hicieron las sacas. Primero de los hombres, que quizá pensando en volver dejaban sus mujeres, hijos y hacienda y más adelante se procedió contra las mujeres y niños.
Por último la tercera oleada de expulsiones se hace después de 1570. Es la menos conocida y la más compleja; se calcula que fue la menor en número, unas diez mil personas aproximadamente, y la mayoría de ellas pertenecían a lugares de Señoríos, ya que fueron los señores los más empeñados en
conservar a estos vasallos; pero no se sabe muy bien si estos moriscos pertenecían al grupo de los irreductibles hechos prisioneros en fecha tardía, o si habían vuelto clandestinamente a sus pueblos de origen.
A esta última expulsión corresponde, sin duda la deportación de los moriscos de la zona de Torres a Valladolid en 1572, de la que vamos a dar noticias, y que no hemos encontrado citada ni en las fuentes de la época, ni en las publicaciones recientes consultadas (2).
Los documentos fuente para esta comunicación y por tanto de estudio, forman parte de un pleito civil que se substanció, durante los años 1581 a 1593 en la Real Chancillería de Valladolid (3), entre Rodrigo Ordóñez como tutor y curador de Francisco de Arteaga y administrador de los bienes del Capitán Francisco de Arteaga, su padre, difunto y la ministra y beatas del monasterio de Sta. Isabel, Orden de S. Francisco, extramuros de la villa de Medina del Campo, herederas de Dª María Saavedra ya difunta mujer del citado Capitán.
Este pleito se originó de la forma siguiente:
El Capitán Francisco de Arteaga está casado con Dª María de Saavedra y tienen un hijo Francisco de Arteaga que se va de casa cuando tiene aproximadamente diez años. Yo he calculado que entre los años 1572 y 1575.
El Capitán muere en octubre de 1576 y deja sus bienes a su hijo y en su falta hasta que vuelva, al Administrador Rodrigo Ordóñez; en caso que con certeza se sepa que ha muerto, funda un patronato para cierta Obra Pía en el Hospital de la Concepción y deja por patrón y cumplidor al dicho Rodrigo Ordóñez.
Su mujer continua en la casa, atendida económicamente por Rodrigo Ordóñez, hasta que se siente enferma y se va en marzo de 1577 al convento de Sta. Isabel donde está su hermana. Allí vive atendida por una muchachita, con dinero de Ordóñez; y muere a fines de febrero de 1578 el primer domingo de cuaresma. También hace su testamento y deja lo suyo y lo que la corresponde de su marido al hijo y en caso que se sepa que ha muerto al convento de Sta. Isabel.
El convento espera un tiempo razonable a que el Administrador les pase la herencia; pero no lo hace y en 1581 le ponen demanda para resolver el conflicto.
Rodrigo Ordóñez dice que el hijo está vivo y que hay que suponer que tiene que heredar al padre y que la madre no puede heredar los bienes del padre a través del hijo, que el tiene el derecho a su favor, y que las beatas tienen que demostrar de forma evidente la muerte del muchacho.
El convento y monjas de Sta. Isabel dice que el hijo murió, que ellas han hecho gestiones y que es pública voz y común opinión que el hijo ha muerto. Y que suponiendo no hubiera testamento de Dª María, ellas eran herederas de todo porque a la hermana de Dª María como pariente más cercano le corresponde todos los bienes del cuñado, de la hermana y del sobrino.
El Administrador que ha soñado con administrar la herencia, que es casi como heredar, dice que el hijo está vivo y por tanto heredero legítimo de sus padres, que no se ha probado su muerte y que no puede ser “pública fama” su muerte porque no hace diez años que se ha ido.
La sentencia dada el 9 de noviembre de 1585 dictamina que “Rodrigo Ordóñez dé al convento y beatas, todos los bienes de dicho Francisco de Arteaga ausente y de Francisco de Arteaga y María
Saavedra sus padres difuntos con los frutos y rentas que los dichos bienes han rentado desde que el dicho Ordóñez los tiene y posee, y rentaren y pudieren rentar hasta la real entrega y restitución de ellos. Y mandamos que la madre y beatas los reciban por inventario solemne y den fianzas legas llanas y abonadas que los restituirán con los frutos y rentas de ellos al dicho Francisco Arteaga ausente si biniere o a otro que su poder oviere…”
El administrador dice que no de nuevo, que no tiene que dar cuentas porque si el hijo vive es administrador y si está muerto es heredero.
Las monjas presentan en 1587 nueva demanda para pedir ejecución de la carta ejecutoria que han ganado y mientras dura este segundo pleito el administrador presenta distintos agravios para dilatar el pleito que finaliza con una sentencia salomónica en 1592. En que entre otras resoluciones dan a Rodrigo Ordóñez 1500 ducados por bienes castrenses que el capitán había ganado en la guerra de Granada.
Entre los documentos personales que conservaba el capitán Arteaga en su casa, y que el tutor y curador de su hijo presenta en el pleito como justificativos de los bienes propios del capitán, y por tanto relacionados con la guerra de Granada y subsiguiente deportación de moriscos, hay varios que a continuación reseñaré. Son documentos que autorizan y dan normas sobre la deportación de moriscos de Torres, Jimena, Jódar, Bedmar, Garciez, Albanchez, Canena y Sabiote; pero no solo eso, pues aunque estos documentos sean desconocidos hay otras instrucciones anteriores muy parecidas, pero además en esta ocasión los propios moriscos, veinte años después del traslado, acuden al pleito como testigos, y como tales al tiempo que cuentan incidencias del viaje, aportan sus datos personales.
Documentos El primer documento que nos interesa es el nombramiento de Capitán a favor de Francisco de Arteaga. De este, se repite en los documentos y declaraciones de los testigos, que era un hombre “entretenido” (4) de D. Juan de Austria, y por tanto hay que suponer que con el fue a la guerra del reino de Granada como soldado; y a la vista de las necesidades de la guerra, y puesto que el rey determinó que se formasen dos compañías más de arcabuceros de a caballo para reforzar el ejército del Marqués de los Vélez, D. Juan de Austria, extiende una carta autógrafa en Granada el 8 de diciembre de 1569 y nombra Capitán al mencionado Francisco de Arteaga, dándole por el mismo nombramiento, la facultad para reclutar su gente y ser obedecido como tal por la gente de armas y por corregidores y justicias. (Doc. 1).
Francisco de Arteaga, ya capitán hace la guerra hasta su total terminación, incluso después de que D. Juan de Austria la da por terminada y abandona el Reino de Granada en noviembre de 1570, en un periodo en que siguieron operaciones militares esporádicas y escaramuzas entre los últimos rebeldes mandados por Aben Aboo, y el duque de Arcos que siguió azuzando a los moriscos hasta noviembre de 1571, en que murió Aben Aboo y el fue nombrado virrey de Valencia.
Pues bien fechada en Granada el 17 de noviembre de 1571, firma el Duque de Arcos, una carta dirigida al Rey, en que recomienda al Capitán Francisco de Arteaga, como persona capaz para cualquier servicio que se le quiera encomendar. Dice en la carta que después de hacer la guerra en Flandes y en Italia ha servido, con su compañía de arcabuceros a caballo, hasta que se deshizo el ejército y también se ha ocupado de las escoltas, y de llevar la gente a pie y de a caballo que se queda de guarnición (Doc. 2).
El tercer documento, es otra carta, dirigida al Rey, calculamos de fecha aproximada a la anterior, firmada en este caso por D. Pedro de Deza, Presidente de la Real Chancillería de Granada, recomendando al capitán de Arteaga en parecidos términos que la del duque de Arcos (Doc. 3).
No puedo menos que señalar que los Señores firmantes de las cartas pertenecían a la línea dura de la guerra, que no veían a los moriscos como compatriotas después de ochenta años de convivencia, sino como verdaderos y crueles enemigos. En consecuencia tenemos que pensar, que el capitán Arteaga era un hombre como ellos y además resuelto, fanfarrón, muy duro y de pocos escrúpulos.
Explicaré por qué veo al capitán de esta manera. Cuando el hijo desaparece no da la menor importancia al suceso, y cuentan varios testigos que le oyeron decir” que siendo muchacho pequeño, se había ausentado de casa de sus padres, y había estado ausente sin saberse de el si era vivo o muerto 23 o 24 años (otro testigo dice más de 30), y que después había venido con título de Capitán”.
También se dice en el pleito que el Hospital de la Concepción de Medina del Campo, donde el Capitán funda con sus bienes un Patronato para Obra Pía en caso que el hijo desaparecido esté muerto, es el Hospital “donde se curaban las bubas”, y la sentencia recoge este mismo nombre: “Hospital de las bubas”, por lo que supongo que al Capitán le atenderían allí de este mal, que como todos saben es una enfermedad de origen sifilítico.
Su trayectoria militar o estas cartas de recomendación, que no sabemos si utilizó (porque se conservaban en su casa) influyeron en Felipe II, que da una Comisión al Capitán Francisco de Arteaga, encomendándole una nueva deportación de moriscos. La Carta Real de Comisión “para llevar moriscos de las villas de Torres, Canena y otras hasta la de Valladolid”, tiene forma de Provisión Real, y está firmada por el Rey en Madrid a 14 de marzo de 1572 (Doc. 4).
En este documento explica como, además de los moriscos que no habían tomado las armas y que se sacaron del reino, y de los moriscos reducidos, rendidos diríamos hoy, que también se deportaron, “… havemos acordado que los que están al presente en las Villas de Torres, Canena, Jimena, Jódar, Bedmar, Garcíez y Albanchez, así hombres como mujeres y niños se saquen todos sin quedar ninguno y se traygan a la Villa de Valladolid”.
Da, el Rey en esta Comisión, autorización total al Capitán, para nombrar alguaciles “con vara de nuestra justicia” para solucionar cualquier cuestión que se suscite, tanto en la gente de armas que el lleva y en las personas que prestan los pueblos por donde pasan como entre los propios moriscos.
El mandato del rey insiste en el buen trato que se ha de dar a los moriscos, en que se les provea de pan cocido y otros alimentos que pagarán los moriscos si tienen dinero, pero si pobres se les facilitará a costa del pueblo por donde pasaren; y también se les proveerán de carros y bestias para llevar bagajes, fardos, mujeres, niños y viejos, e incluso gente inútil que no puede ir a pie.
Con la Carta Real de Comisión, da el rey en la misma, fecha Madrid, 14 de marzo de 1572, una instrucción al Capitán Francisco de Arteaga “… para el viaje que ha de hazer con los moriscos de Torres, Canena y otras partes hasta Valladolid”. Esta instrucción (Doc. 5), tiene forma de Cédula Real, y consta de un articulado de once puntos en los que se desarrolla lo mandado en la Carta de Comisión, excepto lo referente al trato de favor que se debe dar a las mujeres, niños, viejos y gente inútil que en este documento está suprimido, además se aprecia menos consideración con los moriscos, pues recomienda que los más sospechosos vayan atados, e insiste que no se les de mucha comida. El resumen de la instrucción es el siguiente:
En el primer punto ordena el Rey, que se saquen todos los moriscos de Torres, Canena, Jimena, Jódar, Bedmar, Garcíez y Albanchez y de sus términos, excepto los que sean esclavos.
En el segundo punto recomienda que las personas que “ayuden al Capitán… sean principales, de mucha diligencia, confianza y rectitud” y que preparen todo lo necesario para hacer la deportación tan pronto ordene D. Pedro de Deza, Presidente de la Chancillería de Granada, pero añade que como “todos los moriscos que están en Andalucía y se traen a Castilla, se entiende que vienen de muy mala gana y para acusar que muchos dellos no se vayan a la sierra como podría ser que lo hiziesen…” se hagan los preparativos con gran secreto.
En el punto tercero ordena el Rey, que deben llevarse todos los bienes que tuvieren y para no diferir la salida hasta que recogan sus haciendas, que el Capitán nombre algunas personas de ellos mismos o de otros, para que queden a recogerlas.
El punto cuarto, solo trata del camino a hacer, y que este y los lugares por donde se haya de pasar corresponde elegirles al Capitán.
El artículo quinto, reitera que el camino lo elegirá el Capitán y la forma de ir también: si todos juntos, en un cuerpo o partidos en tres o cuatro escuadras, separadas unas de otras para que se puedan custodiar mejor; pero esta división solamente para caminar de día, pues a la noche deben estar todos juntos, ya que el Capitán debe estar con ellos.
En el artículo sexto, se manda que los moriscos pernocten en la iglesia o en las casas del concejo del lugar elegido, nunca repartirles en casas particulares y que solo hagan una noche en cada lugar.
En el artículo séptimo se especifica que las personas que han de custodiar los moriscos, para que no se escapen y para evitar que les roben o les hagan daño, no debe ser mucha, porque los más peligrosos deben ir atados y que deben bastar treinta hombres, ocho o diez a caballo, y repartidos por escuadras y al mando de cada uno de ellos que haya un cabo.
El artículo octavo determina que esta gente de ayuda al Capitán para vigilancia de los moriscos, deben ser del lugar de donde se salga y vayan hasta donde fueren a hacer noche, volviéndose entonces a sus casas, y así durante todo el camino.
En el punto noveno el Rey ordena al Capitán que cuide la honestidad de las mujeres e hijas de moriscos, procurando que vayan siempre junto a sus maridos y padres, y que cuide la ropa y lo demás que lleven para que no se les robe, castigando ejemplarmente al que lo hiciere.
El artículo décimo, determina como se ha de viajar: que salga de mañana y que se lleve algún pan u otros alimentos para el día y que antes de que se haga de noche estén recogidos y cenen, y que los que puedan pagar lo hagan y a los que no tengan dinero que se les de a cuenta de los concejos, pero que no será mucho gasto porque es gente que necesita poco alimento. Y en cuanto a cada hombre de guarda no se les va a pagar nada porque la ocupación tiempo y trabajo será muy poco, y si se hubiere de hacer algún gasto que sea a costa de los lugares por donde se pase.
Finalmente el punto undécimo se refiere a que el Capitán, ha de preparar con antelación el camino y que se ayude de un Alguacil que vaya por delante para prevenir los lugares donde se ha de hacer noche.
A los documentos reales, la Carta de Comisión y la Instrucción para el viaje, siguen cronológicamente dos documentos firmados por D. Pedro de Deza.
Uno es de Instrucción concreta para la “saca y viaje de los moriscos de este reino de Granada, que estuvieron en las villas de Sabiote, Torres, Canenay Jimena a la de Valladolid”. Esta dada en Granada a 29 de abril de 1572, y refrendada por el Secretario del Consejo de Guerra. Tiene 27 puntos en los que detalla todo lo que Francisco de Arteaga ha de hacer con los moriscos a su cargo de una forma muy pormenorizada (Doc. 6).
No es posible desarrollar toda esta instrucción; pero a modo de ejemplo me fijaré solamente en la preparación del viaje. El Rey aconseja se tenga “gran secreto”, y que no vayan esclavos (puntos 1 y 2); pues D. Pedro de Deza explica al Capitán, que reclute gente que hayan hecho otras deportaciones, porque tendrán más experiencia; que no les hable de ello hasta que los moriscos estén encerrados, ya que después podrá, con la gente que contrate, preparar bagajes, bastimentos, armas y municiones; que la noche antes de echar el bando se cierren las puertas de la ciudad o lugar donde haya moriscos, y se ponga gente de a pie en cada puerta; que si el lugar es abierto se cerrará rodeándole con gente y echando algunos caballos que anden más lejos por fuera, principalmente por los pasos que se puede imaginar utilicen para volver a la Sierra… “para que todos (los pasos) estén tomados de manera que ninguno pueda escaparse”; después de echar el bando ordena se recojan los moriscos en el lugar que se les señale, casas del Concejo, hospital o alhóndiga, y si se tienen que recoger en iglesia se de aviso primero al prelado para que quiten de ella el Santísimo Sacramento; y que estos locales tengan corrales para que haya limpieza y decencia que fuere posible; y que si el lugar es muy pequeño o hay pocos moriscos, que se haga la preparación sin llamar la atención, pero de manera que ninguno se pueda ausentar; y que los moriscos que se han de encerrar solo son los que han ido a vivir a estos lugares después del levantamiento del reino y no los que eran vecinos en ellos, aunque aquellos tengan escrituras, contratos u otras obligaciones que les retengan en el lugar, que los esclavos no se han de sacar; que solamente hay que encerrar a los hombres de catorce hasta sesenta años, aunque cuando cumplan los cuatro días que da el bando de plazo, tienen que salir todos juntos los encerrados y los que no lo están, y que se les permita que sus mujeres, hijos o amigos les visiten y les lleven de comer, y les hablen de sus negocios, y que las puertas estén guardadas siempre por gente muy buena…” porque de averse hecho lo contrario se han visto por experiencia muchos cohechos, robos y otros inconvenientes y daños, que por todas vías conviene evitarse; y que se les conceda cuatro días para disponer de sus bienes, muebles, y que los moriscos muy enfermos o impedidos se quedarán listados y entregados a la justicia, y así sucesivamente sigue puntualizando lo que debe hacerse al recogerlos y durante el viaje.
Otros artículos de interés son: el principio del punto ocho que pretende encubrir la pena del destierro que dice así: “luego que estén recogidos, les hareis una plática muy amorosa declarándoles las tierras a donde los llevais por oviar sus imaginaciones y para que vayan de mejor gana, dándoles a entender que la mudanza es para mayor bien suyo, e que no se les consentirá hacer agravio ny mal tratamiento, antes para que bivan mas quietos y sosegados es su majestad servido que vayan a aquella tierra donde estarán muy pacificos y onrados…”.
Permite que los que den suficientes fianzas viajen solos y al llegar a Valladolid se presenten al corregidor, y si alguno de estos se volviera a la sierra que les prendan les lleven a la cárcel y les secuestren sus bienes.
Respecto a las tierras que cultivan, el artículo 11 dice: “asi mismo les permitais que puedan vender y vendan dentro del dicho término (cuatro días), todos los barbechos y sembrados y la hortaliza y cualquier otro beneficio que uvieren echo en las azas, viñas o huertas que tuvieren arrendadas con
cargo de pagar la renta deste presente e ynfraescripto año a los dueños que les uvieren arrendado los tales heredamentos”.
Respecto a la atención a los necesitados manda D. Pedro de Deza en el punto 23 que aunque la Instrucción de S. M. dice que los concejos den de comer a los moriscos pobres…”Aveis de procurar en cuanto fuere posible escusalles desta costa y hazer que los moriscos se mantengan a la suya. Y cuando no tengan con que podello hazer se hará a costa de los concejos con mucha moderación…”
El último documento oficial es otra instrucción muy breve del mismo Pedro de Deza, dada en Granada el 2 de mayo de 1572 al capitán Francisco de Arteaga para sacar los moriscos de Sabiote, Torres, Canena y Jimena, en la que da las normas finales para la deportación, y que son dos fundamentales: que entregue los moriscos al corregidor de Valladolid, y que le envie al Presidente testimonio de la entrega (Doc. 7).
Información testifical. Además de estos documentos aportados al pleito, hemos encontrado en el, como dije al principio, más información sobre la deportación de los moriscos del reino de Granada a Valladolid en varias probanzas donde los testigos responden a las preguntas que se les hace y aportan muchos datos que he considerado de importancia en el tema que nos ocupa. Nos interesa los bienes que ganó el Capitán en las jornadas de viaje porque en la medida que el se enriquecía, se empobrecían los moriscos, lo que nos demuestra que entre ellos salieron de esta comarca muchos trabajaban la tierra y eran de buen acomodo, siendo deportados por sus ideas religiosas y por sus usos y costumbres.
Pregunta el administrador de los bienes del Capitán a sus testigos, si saben que “que… cuando se casaron los dichos Capitán de Arteaga y Dª María de Saavedra su mujer, el dicho Capitán tenía bienes propios suyos, muchas joyas y piezas de oro como eran medallas de gorras y sombreros y botones de oro y cadenas de oro y sortijas de oro y ansi mismo tenía cantidad de dineros y dos caballos frisones e muchos vestidos y arreos de su persona, de paño y seda, todo ello de mucho valor, y estima que a justa y común estimación valdrían dichos bienes más de ochocientos ducados…”
A lo que los testigos contestaban en octubre de 1589 que sí lo saben, y que pagó deudas y obligaciones de la que iba a ser su mujer, y que lo que tenía valía 1000 ducados, y otro dice 1500 y otro dice que además tenía 400 escudos de oro, y otro dice que prestaba dinero y guardaba su hacienda.
La parte contraria del pleito, es decir las beatas del Monasterio de Sta. Isabel quieren demostrar que el dinero del Capitán procede de la guerra de Granada, cuando ya estaba casado, y que antes apenas tenía nada.
Esta probanza no es contradictoria con la anterior, puesto que sabemos por la carta de recomendación que el Capitán estuvo en las guerras de Italia y Flandes y de allí vino con dinero y dos caballos frisones. Y si lo perdió o no todo, lo que es probable, no modifica lo que nos interesa a nosotros que es lo que hizo en Granada.
Las declaraciones de los testigos, hechas en noviembre de 1591, casi veinte años después del viaje hay que considerarlas con prevención por el tiempo transcurrido, pero pese a todo son muy interesantes.
Contestan a este interrogatorio los testigos que no conocen a las partes del juicio, pero si conocieron al Capitán por haberle acompañado desde el reino de Granada.
El viaje hacia Castilla se inició en mayo de 1572, y tanto en la pregunta como en las contestaciones de todos los testigos se fija el tiempo de viaje en más de nueve semanas, concretando uno de los testigos que se tardó en llegar a la villa de Valladolid sesenta y ocho días.
Todos coinciden en que el Capitán al empezar el viaje no tenía bienes, y uno de ellos el más anciano explica que el oyó en la ciudad de Úbeda al Marqués de Camarasa y a otras personas que le habían dado la Comisión de traer a los moriscos a causa de haber salido pobre de la guerra. En Canena le vieron solo con un caballo que montaba, pero durante el viaje el Capitán reunió “muchas sumas y cuantías de maravedís” de la siguiente manera:
Algunos moriscos para que les dejase en el camino en algunos pueblos donde tenían parientes suyos le daban muchas dádivas de dinero y joyas.
En otras ocasiones, también durante el camino compraba el Capitán con su dinero joyas de los moriscos que tenían la necesidad y también ropas como marlotas y almaizares, y se lo daban por menos de lo que valían, y más de un testigo añade “por lo que los quería dar por ello”.
Además no solo se enriquecía de los moriscos, sino que los pueblos del camino para que pasase de largo y no hicieran noche en ellos los moriscos, también salían a hablarle y le daban dinero al Capitán. Uno de los testigos mas explícito cuenta que el Capitán tenía consigo dos alguaciles, que uno se llamaba Gallego y el otro no se acuerda, y estos se adelantaban a algunos lugares a decir que los moriscos iban a hacer noche allí, y por parte de los lugares venían a tratar con el mismo Capitán que no lo hiciera y le daban dineros y otras cosas por ello.
Siguen contando los testigos lo que vieron como resultado de estos negocios. Coinciden todos que le vieron en Canena sin nada, solo con un caballo castaño que montaba, tenía un arca de madera de pino, y un cofre forrado de cuero que subían sin dificultad a una carreta dos esclavos muchachos que el tenía vestidos de azul, pero este cofre y arca cada día eran más pesados porque el Capitán iba metiendo por el camino, dinero, joyas, preseas y otras cosas, así que cuando llegaron al reino de Toledo hacían falta cuatro o cinco personas para colocarlas en la carreta y cuando llegaron cerca de Valladolid “heran menester siete u ocho personas para poderlos cargar enzima de las carretas”. También cuenta que al llegar a Valladolid compró dos buenas mulas y puso el arca y el cofre en un carro y las envió a Medina del Campo delante de el.
Los testigos moriscos que hacen declaraciones, Juan y Francisco de Luna, Luisa de Villalta, García Benavides y Gregorio Rubio entre otros, son ya todos vecinos de Valladolid pero, dicen, proceden de Andalucía de tierras de Dª María de Mendoza. Sus edades oscilan entre 35 y 84 años, son cinco hombres y dos mujeres casadas con dos de ellos: Dos no dicen su profesión, otros dos son tenderos y otro zapatero y ninguno sabe firmar.
No solo declaran testigos moriscos en el pleito. Otros amigos del capitán Arteaga vecinos de Medina del Campo, en mayo de 1587 para informar sobre los bienes de aquel, nos cuentan lo que vieron pues las mulas, los cofres y los esclavos llegaron a Medina antes que el dicho capitán. Declaran que tenía muchas joyas de oro, ropas moriscas, otras alhajas y mucho dinero, y que ellos lo vieron porque el Capitán era su amigo y se los enseñaba. Y a García de Ceballos le dijo que: “le quedaban debiendo en Granada y en otras partes más de los que traía”. Y respecto a los esclavos que trajo a Medina del Campo, por distintos interrogatorios y diferentes contestaciones de testigos, sabemos
que siete envió por delante y dos llegaron con el. Todos los testigo hablan de estos esclavos, uno de ellos dice que vió ocho o nueve esclavos de los cuales conoció a tres en su casa (del Capitán) y los demás sabe que los vendió a personas particulares de Medina del Campo. Y otro testigo, Lucas de Salazar dice “ que vió que truxo de Granada de la dicha guerra nueve esclavas y esclavos entre machos y hembras y un caballo muy bueno y con el dos mulas muy buenas porque la una de las dichas mulas este testigo se la compró al dicho Capitán para Francisco Dueñas en doze mil maravedís”, y otro testigo Miguel de Dueñas le compró un esclavo en ciento cinco ducados (39000 maravedís) y le compró además sedas y arcabuces y malla en un total de “noventa y tantos mill maravedís”. Y por este testigo sabemos que unos moros (sic) que le encargaron les trajera a tierras de Tordesillas, le había valido el traerlos al dicho Capitán más de quinientos ducados.
Finalmente también hay en el pleito declaraciones de una testigo poco frecuente porque era mujer y esclava.
Contestaba a cinco interrogatorios diferentes, dos en el año 1587 y otros tres en 1590,1591 y 1592 de lo que se deduce que vivió con mucha confianza en casa del Capitán ya que declara también sobre la bodega y cubas que tenían, la administración de las viñas y otros bienes.
Se llama María de Salazar, no sabemos su edad porque en cada interrogatorio la cambia, por tanto no sabe contar, ni firmar, es viuda de García de Salazar los dos naturales del reino de Granada. Tiene una hija Luisa de Salazar – casada en 1591 con Lorenzo Hernández, jornalero – pero que siendo moza esclava el Capitán la vendió a Francisco de Dueñas.
Dice María en sus declaraciones que ella se hallaba al servicio del Capitán Francisco de Arteaga en la guerra de Granada “porque era su esclava y criada” y que la envió antes que el a Medina del Campo, y que vendió a todos menos a ella que le sirvió siempre y después la libertó pero quedó al servicio de Dª María de Saavedra hasta que se metió monja (sic). Sobre los bienes que el Capitán trajo de Granada, cuenta literalmente: “… que cuando el dicho Capitán Francisco de Arteaga vino de la Guerra de Granada a esta villa de Medina del Campo, trajo consigo de la dicha guerra a esta villa ganado y adquirió en ella mucha cantidad de dinero que fueron en mas cantidad de mill ducados y demás trajo muchas joyas e pieças de oro ansi cadenas como botones e medallas de oro de mucho precio y valor, cotas de malla, pistoletes e vestidos e ropas de seda guarnecidas de mucha estima e los esclavos y esclavas contenidos en la pregunta e las dos mulas e un caballo… lo qual el dicho capitán Francisco de Arteaga metió en su casa quando vino a esta villa y en poder de la dicha doña María de Saavedra su muger lo qual valía a lo que paresce a esta testigo a justa e común estimación otros dos mill ducados, lo cual sabe esta testigo porque lo bio pasar según que dicho tiene a esta pregunta por vista de ojos”.
De estos últimos datos los moriscos y esclavas podemos deducir que estos deportados de apellidos Salazar, Villalta, Rubio, Benavides y Luna se instalaron en Valladolid y en Medina del Campo, y aquí rehicieron sus vidas pero la expulsión definitiva del año 1610 no permitió que este grupo marginado se integrase en estas tierras castellanas.
(1) DOMINGUEZ ORTIZ, Antonio: Historia de los moriscos. Madrid, 1978, pág. 50 y siguientes.
(2) DOMINGUEZ ORTIZ, Antonio: Historia… obra citada. – BENNASSAR, Bartolomé. Valladolid
en el reino de Felipe II. En: Valladolid corazón del mundo hispánico. S XVI-Valladolid, 1983. Y además hemos consultado en Biblioteca de Autores Españoles (Madrid 1852), en el volumen de Historiadores Sucesos Particulares: HURTADO DE MENDOZA, Diego, La Guerra de Granada. – MÁRMOL CARVAJAL, Luis de. Historia de la rebelión y Castigo de los Moriscos de Granada.
(3) ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE VALLADOLID. Pleitos Civiles, Taboada fenecidos, Caja 462-2
CARRIAZO ARROQUIA, Juan de Mata. Hechos del condestable don Miguel Lucas de Iranzo. (Crónica del S. XV). Madrid, Espasa Calpe, 1940.
[Cap. 23. Actividades militares y políticas. Los cortesanos de Castilla se rebelan contra Enrique IV. El maestre de Calatrava en sus tierras de Jaén. Rendición del alcázar de Ubeda y ocupación del de Baeza. El maestre fracasa ante Jabalquinto y Bélmez].
TEXTO […] Y luego a la ora quel asistente fue preso, el maestre se vino de Torres a Bexixar, y estovo ende, en el castillo del dicho obispo, tres o quatro dias. […]
[Cap. 45. El condestable en Jaén. Movimientos en la frontera de Granada. Entrada en tierra de moros, proyectada por don Alonso de Aguilar. Fracaso de esta expedición].
TEXTO […] Y entre otros cavalleros y personas que con el dicho don Alonso en la villa de Aguilar se fallaron, estava Juan de Mendoça , comendador de la Peña de Martos, e de Torres e Ximena, hermano de Día Sánchez de Carvajal. […]
GONZALEZ MORENO, Joaquín. Historia e investigación en el archivo de Medinaceli. Sevilla, [s. n.], 1979. [Contiene fuentes documentales de Jaén, Sabiote, Canena, Jimena y Torres]
TEXTO PRESENTACION HISTORIA E INVESTIGACION EN EL ARCHIVO MEDINACELI quiere cumplir el compromiso de dar un testimonio impreso de la labor desarrollada por sus numerosos investigadores, con motivo de cumplirse las Bodas de Plata del traslado a Sevilla del archivo de los marqueses de Camarasa, integrado hoy en el general de Medinaceli. Al mismo tiempo incluimos en esta obra, como continuación de otras anteriores, un catálogo de los documentos fechados entre 1500 y 1599, pertenecientes a la sección "Archivo Histórico".
Las especiales características de este apartado del archivo, creado a principios de siglo, con un criterio totalmente facticio y subjetivo, sin ningún respeto a la procedencia administrativa de los fondos, exige como única salida, la confección de los catálogos que venimos publicando desde 1969. La finalidad que en su realización nos ha guiado, no ha sido otra que la de cumplir escrupulosamente con nuestra misión de archivero. En cambio, la primera parte que precede a esta obra, obedece a la plena conciencia que tenemos a cerca de la obligación de dar a los investigadores, a modo de instrumento o fuente informativa, unas apostillas orientadoras sobre los trabajos históricos efectuados en los fondos a nuestro cargo.
Queda para más adelante el realizar una guía del archivo. La confección de los catálogos de las respectivas secciones se nos imponía como una tarea previa, para satisfacer la necesidad primera de los investigadores, que cada vez en mayor número han ido llegando a este archivo. De ahí que, a la hora de escoger, entre la redacción de una guía, o la elaboración de los catálogos de las secciones del archivo, que mayor interés han ofrecido a los historiadores, nos hayamos decidido por los últimos.
La guía, cuya propia naturaleza interna le hace carecer de la minuciosidad de un catálogo, tendría el interés de ofrecer al futuro visitante, una visión global de las características y contenido de esta colección documental. Su realización ha de ser nuestra inmediata y próxima tarea.
Finalmente queremos agradecer a don Miguel Angel Puech Peña y a la firma ACCESORIOS PREFORMADOS, S. A., la atención y deferencia que han tenido patrocinando esta obra, tan
necesaria para los que tienen acceso a este archivo, y para dar a conocer sus fondos fuera de nuestra ciudad.
Escudo de Armas, en el palacio de Camarasa en Santiago de Compostela
DOS ARCHIVOS EN SEVILLA
XXV Aniversario de la traída a Sevilla del Archivo Camarasa. El pasado uno de mayo de 1978 se cumplió el XXV aniversario de la traída a Sevilla del archivo Camarasa. También con igual fecha se celebraban las Bodas de Plata de aquel feliz día, que por deferencia de los marqueses de Camarasa, fui encargado de la conservación y custodia de su rica colección documental. Veinticinco años que es mucho tiempo en la vida de un ser humano, coincidente con su juventud y madurez, y en el que suceden la mayor parte de los acontecimientos importantes de su existencia.
El archivo Camarasa había tenido su sede en Madrid en la calle del Prado nº 30, hasta que por muerte del último marqués, don Ignacio Fernández de Henestrosa y Gayoso de los Cobos, acaecida en la ciudad de Los Angeles, en los Estados Unidos, el 10 de noviembre de 1948, fue heredado por su sobrina doña Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, actual marquesa de Camarasa.
El primer estudio que se hizo de este archivo, lo realizó en 1949 el padre Florentino Zamora Lucas, académico correspondiente de la Real de la Historia, funcionario del Cuerpo Facultativo de Archiveros, con destino en la sección de manuscritos de la Biblioteca Nacional. Como homenaje y recuerdo del mismo, insertamos en este libro su inédita guía del archivo, de gran utilidad para conocer sus fondos. Hemos de advertir como dato curioso que el primer investigador que publicó algunos documentos de esta elección fue el ilustre genealogista Salazar y Castro, quien en el siglo XVIII dio a la estampa su "Historia de la Casa de Lara", donde se insertan varios regestos tomados de este archivo.
Con el archivo Camarasa vinieron a Sevilla sus estanterías, algunas de las cuales aún se conservan. Estuvieron montadas en los salones junto al "Pretorio", en la planta baja de la Casa de Pilatos. Sus legajos pasaron a nuevas carpetas, de papel-tela, copiadas de las que la Dirección General de Archivos, mandó hacer en 1929 para guardar los documentos del Archivo General de Indias. En 1958 y unido ya al archivo Medinaceli, se trasladó a la planta alta del citado palacio. Sus anaqueles ocuparon la totalidad del llamado salón del Torreón. Como dato anecdótico diremos que en 1968, con motivo del rodaje del film anglo-norteamericano "Lawrence of Arabia", la mayor parte de sus legajos fueron tapados con una sobrecubierta que llevaban grabadas las armas de la Legión Arabe, la inscripción "Arab Review" y un mismo número en todos los
volúmenes: el 356. El archivo se había convertido por unos días en despacho del coronel Lawrence, en una ciudad del próximo Oriente.
En estos primeros años de su instalación en Sevilla, el archivo recibió la visita de ilustres investigadores españoles y extranjeros. Destaquemos entre los primeros, en mayo de 1953, al doctor Juan de Mata Carriazo y Arroquia, catedrático emérito de prehistoria e historia antigua y media de la Universidad de Sevilla. Como homenaje al mismo incluimos en esta obra, la transcripción que efectuó en aquella fecha, de la orden dada por el rey Juan II, en Portillo el 30 de abril de 1453, por la que mandaba a Ruy Díaz de Mendoza, su mayordomo mayor, que pusiera en prisión al condestable don Alvaro de Luna. El texto quedó mecanografiado, y colocado en vitrina en 1953 - al pie del referido documento -, como recuerdo del sabio profesor jiennense. Su hoja de papel amarillo nos evoca aquella primera etapa del archivo.
Mención especial merece el padre fray José Santiago Crespo Pozo, mercedario destinado en el convento de la calle Alfonso XII, de Sevilla. Entre 1962 y 1965 realizó este benemérito religioso profundas investigaciones sobre los linajes gallegos en este archivo. Publicó tres volúmenes, titulados "Blasones y linajes de Galicia", impresos en aquellos años, por las Ediciones de Bibliófilos Gallegos. También como recuerdo, se insertan en este libro, unos fragmentos de los mismos.
Otro investigador que trabajó en este archivo fue el profesor Hayward Keniston, catedrático de la Universidad de Pittsburgh, de los Estados Unidos. Fruto de la estancia en Sevilla de este ilustre historiador fue la publicación de su obra: "Francisco de los Cobos secretary of the emperor Charles V". Pittsburgh, ed. to Larry Cone, 1958. […]
Escudo de Armas, en el palacio de Ribadavia, en Santiago de Compostela
GUIA DEL ARCHIVO DE CAMARASA
Su origen. Aunque hoy está unido temporalmente al archivo de los duques de Medinaceli, por entronque de las dos Casas, la colección documental del marquesado de Camarasa tiene origen y desarrollo distinto. Sus ricos fondos proceden de diferentes lugares de la geografía española. Sus más antiguos documentos se redactaron en Aragón, donde tenían su solar desde el año 1091 el noble linaje de los Luna. A mediados del siglo XV, don Juan de Luna, Señor de Ricla y Villafeliche, casó con doña Angelina Coscón, Señora de Camarasa. Doña Angelina era hija de don Luis Coscón y de doña María Enríquez de la Carra, baronesa de Estorquel. Esta baronía fue vendida por don Luis Coscón, con la anuencia de su mujer a don Berenguer Bardaxí, justicia
mayor de Aragón y se subrogó en su lugar el estado de Camarasa. Este título comprendía los términos de Camarasa, Cubells y Morgay. Desde la época de la reconquista llevaban el nombre de marquesado, por haber sido desde el siglo XI, una de las marcas o territorios limítrofes de Cataluña, con las regiones dominadas por los musulmanes.
Los señoríos de Ricla y Camarasa fueron ostentados por doña Francisca Luisa de Luna y Mendoza que casó con don Diego de los Cobos, Señor de Sabiote, que recibió de Carlos V en 1543 la merced de primer marqués de Camarasa. Era este caballero hijo de don Francisco de los Cobos, uno de los personajes más notables de su tiempo, pues llegó a ser comendador mayor de León, en la orden de Santiago, del Consejo de Estado de Su Majestad y secretario universal del emperador Carlos V. Descendía su familia de las montañas de Cantabria. Durante la reconquista se establecieron en Ubeda, donde sus descendientes ostentaron importantes cargos.
Un nieto del primer marqués de Camarasa, también llamado Diego de los Cabos, Señor de San Martín de Valvení y IX conde de Ribadavia, casó en 1620 con doña Isabel Manrique de Mendoza, VII condesa de Castrojeríz. Otro Diego de los Cabos, primo hermano del anterior heredó los títulos de tercer marqués de Camarasa y segundo conde de Ricla.
Por el casamiento de don Tomás de los Cabos, hijo del IV marqués de Camarasa con doña María Josefa de Castro y Bolaños, II marquesa de Puebla de Parga, entraron en la Casa los Señoríos de Torés, Cillobre y Junqueras. Su hija, María Josefa, III marquesa de Puebla de Parga casó con don Fernando Gayoso, VII conde de Amarante, II marqués de San Miguel das Penas y Señor del Pazo de Oca y Teanes.
Finalmente por el casamiento de doña Francisca Gayoso de los Cabos, XV marquesa de Camarasa y otros títulos con don Ignacio Fernández de Henestrosa y Ortíz de Mioño, entraron en la Casa los títulos de marqués de Cilleruelo y conde de Moriana del Río (creado en 1698).
Los fondos. El primitivo nombre de este archivo no fue el de Camarasa, sino el de Ribadavia, pues comenzó a formarse en el transcurso de la reconquista, cuando el Señorío, después condado de Ribadavia, en Galicia, se destacaba por su lealtad a la corona. Uno de los personajes más importantes de esta Casa de Ribadavia fue don Pedro Ruy Sarmiento, adelantado mayor de Galicia, a quien el rey don Juan II confirió grandes mercedes, y del que se conservan en este archivo seis grandes y bellos privilegios rodados. Los Sarmientos fueron de ilustre linaje y destacados paladines en la batalla de las Navas de Tolosa. Ostentaron el título de reposteros y embajadores de los reyes de Castilla; amigos leales de Alfonso X el Sabio; chancilleres de la orden de la Banda y ocuparon en repetidas ocasiones el cargo de adelantado mayor, siendo el brazo derecho de sus monarcas.
Otro centro de formación de este archivo, paralelo al anterior, fue el que se dio en lugares del antiguo reino aragonés. Existen en esta colección donaciones y privilegios de los reyes Juan I, Pedro IV y Juan II de Aragón, de los infantes don Martín y don Fernando y del conde de Urgel.
Con la unión de los Señoríos de Ribadavia y Camarasa se engrosaron los fondos de este archivo, que a su vez incorporó los antiguos legajos del Señorío de Ricla y Villafeliche, por entronque con la Casa de Luna. Sus estados eran tan dilatados como los dominios de los infantes y su poder podía competir con el de los reyes sus soberanos.
Mención especial merece la Casa de Castro, que tiene amplia documentación en este archivo. Su apellido entroncó con las Casas reales de Navarra y Castilla en el siglo XI. Tenía esta Casa los
señoríos de Valdeorras y Manzanedo y algunas valiosas donaciones del condestable de Castilla. El noble linaje de los Hurtado de Mendoza, conde de Castrojeríz y Señores de Morón de Almazán ocupan en la Edad Media relevantes puestos en la corte de los Reyes de Castilla, y de ellos se encuentra abundante documentación entre los fondos de esta colección.
El apellido Mendoza, tiene su entronque en don Fernando Pérez Hurtado, hijo de la reina doña Urraca, ennoblecido posteriormente con los Hurtado de Mendoza, "el viejo" y "el mayor", y tantos otros que, al lado de su rey, en las batallas o en las aulas regias prestaron destacados servicios a su patria. Fueron consejeros, ayos de príncipes, cortesanos y guerreros al mismo tiempo. Los Reyes Católicos concedieron en 1476 el título de conde de Castrojeríz a Ruy Díaz de Mendoza, quien falleció en 1477. Merced y testamento se conservan en este archivo.
Preocupación de muchos historiadores ha sido el linaje de los Cobos, cuya principal figura fue don Francisco, secretario, consejero y confidente del emperador Carlos V. Aunque la documentación sobre este personaje es abundantísima en los archivos de Simancas, Indias, Histórico Nacional y algunos italianos, quedaba la duda y la curiosidad insatisfecha de saber si había fondos en esta colección. Revisados los quince legajos que componían la ordenación antigua de la sección Sabiote, no se han hallado documentos sensacionales. Sólo hay que destacar la fundación de su mayorazgo, las bulas pontificias sobre el adelantamiento de Cazorla, el pleito sobre este oficio que duró medio siglo y algunas carpetas referentes a la administración de Ubeda y a su Sacra Capilla del Salvador.
La Casa de Puebla de Parga es tan ilustre y tan antigua que merece que nos detengamos en ella. Su origen está vinculado a una leyenda sobre la fundación del monasterio de Sobrado y Monfeiro, allá por el año 1102. La tierra de Parga y su fortaleza pertenecieron a doña Margarita de la Cerda, esposa del infante don Felipe, que las vendió el año 1327 a García Rodríguez de Valcárcel, adelantado mayor de Galicia, según consta en este archivo. Sabemos que este caballero fue comendador de Castroteraf en la orden de Santiago y Señor de Gutiriz.
Con posterioridad a la fecha últimamente citada pasó este feudo, por merced real, a la familia que sin duda tomó de su señorío el nombre de Parga. Existe en este archivo una escritura referente a la donación hecha por Vasco Fernández de Parga a su hijo Fernán Arias, de los cotos de Rosende, Negrados y Pozobre, hecha en Trasparga el año 1334.
Otro entronque del marquesado de Camarasa, al que ya nos hemos referido, fue con el condado de Amarante. A tres leguas de Monterroso (Lugo) hay un lugar de la parroquia de Antas, que preside con su mole una casa fuerte. Desde las góticas ventanas de la pequeña fortaleza se observa gran parte de la tierra de Ulloa. Es la torre de Amarante, solar de los Nogueroles. De este modesto castillete, cuya antigüedad se remonta al siglo XIII, salieron muchos valientes caballeros, que se distinguieron en la guerra de la reconquista y más tarde en Flandes e Italia. En la sección de Amarante de este archivo hay una rica documentación sobre este linaje.
En cuanto a la Casa de San Miguel das Penas enlazada también con la de Camarasa diremos que sus titulares fueron descendientes directos de Arias Gonzalo, ayo y consejero de la reina doña Urraca, que se distinguió en el cerco de Zamora en el año 1073, antes de ser asesinado Sancho II.
Terminaremos mencionando a la familia de los Fernández de Henestrosa, penúltimo enlace de la Casa de Camarasa. Proceden del lugar de Castrojeríz y durante la reconquista pasaron a Andalucía y uno de ellos participó en la toma de Ecija.
Curatos y Patronatos. Hasta 150 curatos de presentación ha llegado a tener la Casa de Camarasa en el reino de Galicia. En los últimos años anteriores al Concilio Vaticano II se firmó entre los obispos de las diócesis gallegas y los marqueses de Camarasa un acuerdo limitativo de este derecho, que databa de los siglos medievales. Mediante este documento, en vez de hacerse la presentación de la terna por parte de los patronos, se hacía a la inversa, es decir, por los prelados. Esa etapa intermedia de la intervención del poder señorial, con resabio feudal, en el eclesiástico, terminó tras .el último concilio.
Hay abundante documentación en este archivo sobre numerosos beneficios y capellanías en Zaragoza, Astorga, Orense, Lugo y Santiago. Entre todos ellos destaca el patronato de sangre, de la Sacra Capilla del Salvador, de Ubeda; el de la colegiata de Ntra. Sra. del Manzano, en Castrojeríz y el del monasterio de Carmelitas, de Valladolid, fundado por Santa Teresa, en el palacio que fue de doña María de Mendoza, esposa de Francisco de los Cobos.
Legajos. El número de legajos del archivo Camarasa asciende a 980, agrupados por materias y títulos. Damos a continuación la clasificación moderna y el número de legajos que tiene cada sección.
Ribadavia (108), Amarante (99), Cilleruelo (99), Ricla (86), Indiferente general (80), Sabiote (70), Camarasa (70), Reinosa (43), Testamentaría (30), Castrojeríz (30), Torés (26), Puebla de Parga (21), Sacra Capilla de Ubeda (19), San Miguel das Penas (17), Protocolos (16), Junqueras (16), Cillobre (15), Santiago (14), Valdeorras (14), Teanes (14), San Martín de Valveni (13), Contadurías (13), Oca (11), Plasencia (10), Curatos (10), Censos (10), Villafeliche (9), Moriana del Río (5), Henestrosa (5), Alfamen (3), Títulos (2) y Foros (2).
Inventario de los libros manuscritos
1. "Matrícula general de todos los privilegios, escrituras, ejecutorias y demás papeles que existen en el archivo del palacio de Ribadavia, perteneciente al mayorazgo que fundaron don Juan Hurtado de Mendoza y doña María Sarmiento Pimentel, condes de Ribadavia, en el año 1530. Redactada en el año 1779 por su criado don Alonso Peinador Vorges". Un volumen con 139 folios dobles. Hermoso ejemplar con clarísima caligrafía, escudo de armas en la portada y árbol genealógico de la Casa. Encuadernado en piel, muy interesante.
2. "Genealogía de la Casa de Ribadavia, Provisiones eclesiásticas y seculares". Ejemplar sin encuadernar, tamaño folio, sin fecha.
3. "Rúbrica general de los privilegios, confirmaciones y ejecutorias, correspondientes a Castrojeríz, Astudillo, Gormaz y Morón, dispuesta por Alonso Peinador Vorges, en 1776, en Valladolid". Ejemplar encuadernado en pasta. 119 folios. Letra clara con un dibujo con las armas de la Casa. Muy interesante.
4. "Granjas de Carracedo, Graices, Pungín y Valdeorras, del condado de Ribadavia, libro redactado por el encargado del archivo, don Gonzalo Puentes Brañas, en 1879". En folio y con portada curiosa.
5. "Granjas de Pozos de Arentieros y de la Peroja, redactado por don Gonzalo Puentes Brañas, en 1876". En folio y encuadernado, con pasta española.
6. "Granjas de Ribadavia y Rioboo, hecho este libro por el oficial del archivo, don Gonzalo Puentes Brañas, bajo la dirección del archivero don Salustiano del Alcázar y Pulido y terminado en 1863". En folio y pasta.
7. "Granjas de Trasariz y Beran, redactado este índice por el oficial del archivo don Gonzalo Puentes Brañas, bajo la dirección del archivero don Salustiano del Alcázar, en 1869". En folio y pasta.
8. "Granjas de Layas, Barbantes, Avión, V.ega y Carballeda". En folio y pasta valenciana.
9. "Registro de los documentos de Amarante, Ferreira y Sober. Año 1844 por Pedro Amoedo". En folio y pasta.
10. "Registro de los documentos de Parga, Cillobre y Junqueras. Año 1845". En folio y pasta.
11. "Oca, Mayorazgo de la Casa de Santiago". Folio, holandesa.
12. "Casa de Santiago, hecho por Antonio de Jorge". Folio, holandesa.
13. "Torés". Folio, holandesa.
14. "Teanes". Folio, holandesa.
15. "San Miguel das Penas, Casa de Orense". Folio, holandesa.
16. "Moreiras". Folio, holandesa.
17. "Libro de las rentas y haciendas que tiene la Casa de Teanes, Solar de los azores, año 1674, por mandato del Sr. Conde don García, el primero, con intervención de don Felipe Suárez Ulloa, abad de Maceira, que asistió a los apeos de la hacienda". En folio, con pergamino y escudo de armas.
18. "lndice general de documentos de Ricla". Cuaderno cosido, muy interesante. 245 folios más hojas moderna
19. "lndice alfabético de los asuntos de que hay papeles en el estado de Ricla". Folio, holandesa.
20. "Cuentas de la conservación de los censalistas del estado de Camarasa y condado de Ricla". Año 1759.
21. "Libro de la administración general del condado de Ricla a cargo de don Narciso Esteban de Moro". Folio, pasta.
22. "Cuaderno Cabreo de Trenclos, correspondiente al Sr. Conde de Ricla, desde 1858". Folio, pergamino.
23. "Libro de traspasos de Trenclos del Sr. Conde de Ricla". Folio, pergamino.
24. “Relación de los libros y papeles que obraban en poder del administrador de Ricla don Santiago Ibáñez y don Jerónimo García, en 1821”. Folio.
25. "Libro Becerro, de Villafeliche, año 1529". Folio, encuadernado en piel, muy interesante.
26. "Cabreo de granos formados en 1852". Folio, pasta valenciana.
27. "Libro Becerro del estado y mayorazgo de la villa de Sabiote". Folio, pergamino, muy interesante.
28. "Libro Becerro del mayorazgo de Villazopeque de Bembibre y Cordovilla". Folio, pergamino.
29. "Libro Becerro del estado y mayorazgo del marquesado de Camarasa". Folio, pergamino.
30. "Libro Becerro del mayorazgo de San Martín de Valvení. Año 1783". Folio.
31. "Libros de títulos despachados por don Joaquín María Luna, marqués de Camarasa". Comienza el 28 de septiembre de 1803. Doble folio, en pasta.
32. "Libro registro de secretaría, decretos dados por don Joaquín María Luna Gayoso, marqués de Camarasa". Comienza el 4 de septiembre de 1803. Doble folio, pasta.
33. "Entrada de documentos: años 1804-1895 y siguientes". Folio, pergamino.
34. "Salida de documentos: años 1804-1897". Folio, pergamino.
35. "Registro de la documentación de don Francisco Gayoso Larrua. Año 1887. Indice general mandado hacer por su curador el marqués de Camarasa". Se refiere a Valdeorras, Villafeliche, Teanes, Ubeda, y Alfamen. Doble folio, holandesa.
36. "Registro de provisiones eclesiásticas y seculares, expedidas desde el 1 de septiembre de 1808 al 31 de diciembre de 1848". Folio, pasta.
37. "Abecedario del mayorazgo del marquesado de Camarasa". Folio, pergamino.
38. "Abecedario del mayorazgo de Villazopeque, Bembibre y Cordovilla". Folio, pergamino.
39. "Instrucciones para los administradores de los estados de la Casa de Camarasa, según decreto del marqués de Camarasa del 7 de abril de 1804". Folio, impreso.
40. "Reglamento para las oficinas de la Casa del marqués de Camarasa, dado en diciembre de 1803". Folio.
41. "Abecedario de las Villas de Sabiote, Torres, Canena, Jimena, Recena, Velliza, e Iglesia del Salvador de Ubeda". Doble folio, pergamino.
42. "Indice de los expedientes y papeles que se hallan en los estantes de alambradas". Folio, pasta.
43. "Libro de las rentas, pechos, derechos, servicios, vasallos y capellanías, que tiene en este reino de Galicia don Diego Parragues de las Marinas, Señor de Parga, que se escribió por Antonio de Novoa, en 1608". Folio, pergamino. Lleva las armas de Puebla de Parga, dibujadas a tinta.
44. "Recuento de las Casas antiguas del reino de Galicia, las cuales son de solar conocido. Armas y apellidos, compuesto por Vasco de Aponte". Folio, pergamino, con escudos dibujados a mano.
45. "Escritura de venta en favor de los mayorazgos de don Francisco Valles y su mujer doña Juana de Vera, del que hoy es poseedor don Diego de Valles". Dos libros. Folio, pergamino.
46. "Libro de Capilla del Colegio de Santa Catalina Mártir, llamado "de los Verdes", de esta Real Universidad de Alcalá. Año 1823". Folio, pergamino.
47. "Indice de los legajos de pergaminos antiguos". Sin fecha.
48. "Libro copiador de títulos expedidos por don Joaquín María Sarmiento de Mendoza, marqués de Camarasa, desde el 4 de septiembre de 1803 al 31 de diciembre de 1807". Folio, pergamino.
49. "Libro de asiento de las provisiones de las judicaturas y escribanías del condado de Ribadavia, desde el 5 de mayo de 1777". Folio, pergamino.
50. "Libro de asiento de las provisiones eclesiásticas y seculares de Camarasa, Ricla y Castrogeríz". Folio, pergamino.
Testamentarías. Existen en el archivo los siguientes expedientes, referentes a las distintas testamentarías de la Casa de Camarasa, de los siglos XIX y XX.
1. Testamentaría de doña Joaquina Gayoso Téllez-Girón, condesa de Toreno.
2. Testamentaría de la marquesa de San Miguel das Penas.
3. Copia de la hijuela de la administración de Cillobre.
4. Carta de pago y correspondencia para la inscripción de la hijuela, de Cillobre.
5. Correspondencia de borradores.
6. Cuentas de Antequera.
7. Laudo Arbitral.
8. Cuentas de tesorería, presentada por los herederos de don Pedro Amoedo.
9. Tutoría de la marquesa de Casa Henestrosa.
10. Inventario de la marquesa de Casa Henestrosa.
11. Tutela de la marquesa viuda de Casa Henestrosa.
12. Testamentaría de Fernández de Henestrosa.
13. Consejo de familia de la testamentaría de Fernández de Henestrosa.
14. Partición de bienes del condado de Ribadavia. Años 1850-60.
15. Testamentaría y cuentas de Cillobre.
16. Testamentaría y cuentas de Teanes y Torés.
17. Testamentaría de la condesa de Toreno.
18. Testamentaría. Cuentas de Madrid.
19. Testamentaría de don Jacobo Gayoso de los Cobos, marqués de Camarasa.
20. Inventario y pagos a Hacienda de la testamentaría de don Jacobo.
21. Inscripción y pagos a nombre de don Jacobo.
22. Cuentas y escrituras de don Jacobo.
23. Varios escritos y cuentas de don Jacobo.
24. Correspondencia de don Jacobo Galloso de los Cobos, marqués de Camarasa.
25. Cuentas generales de don Jacobo.
26. Escrito sobre pleitos de don Jacobo.
27. Cuentas de La Coruña y Lugo de la testamentaría de don Jacobo.
28. Testamentaría de don Domingo Gayoso de los Cobos, marqués de Camarasa.
29. Cuentas de La Mota de la anterior testamentaría.
30. Cuentas de Camarasa y Ricla de la anterior testamentaría.
31. Tutoría de don Francisco Gayoso de los Cobos. 65 escritos.
32. Testamentaría de don Francisco Gayoso de los Cobos.
33. Curaduría de don Francisco Gayoso de los Cobos, marqués de Camarasa.
34. Cuentas de Santiago y Oca, de la anterior testamentaría.
35. Cuentas de Junqueras, de la anterior testamentaría.
36. Documentos de la testamentaría del marquesado de Cilleruelo.
37. Justificantes de testamentaría.
38. Inventario de la anterior testamentaría.
39. Hijuela de la testamentaria de Moriana del Río.
40. Cuentas de la testamentaría de don Salustiano.
41. Comprobantes de la testamentaría presentado por el S. Villar.
42. Testamentaría de los condes de Moriana del Río.
43. Cuentas anuales de los duques de Plasencia.
44. Testamentaría de doña Josefa del Barrio.
45. Testamentaría de doña Rosa de Mioño.
46. Hijuela paterna de doña María Josefa Gayoso, condesa de Amarante.
47. Hijuela de doña María Josefa Gayoso y Sevilla, condesa de Amarante.
48. Hijuela del marqués de Camarasa.
49. Hijuela de la marquesa de Cilleruelo, condesa viuda de Moriana.
50. Borrador del inventario y testamentaria del marqués de Cilleruelo.
51. Testamentaría de la marquesa de Cilleruelo. Hijuela del marqués de Camarasa.
52. Hijuela paterna de don Ignacio Fernández de Henestrosa, marqués de Camarasa.
53. Abintestato de la condesa de Amarante. Hijuela de la duquesa de Plasencia.
54. Testamentaria de doña Manuela Fernández de Henestrosa, marquesa viuda de Casa Henestrosa. Hijuela de María de los Dolores y Margarita Fernández de Henestrosa.
55 Testamentaría de la marquesa de Camarasa. Hijuela de don Ignacio Fernández de Henestrosa.
56. Testamentaría de la marquesa de Camarasa. Hijuela de María Josefa Fernández de Henestrosa.
57. Hijuela formada a doña Joaquina Gayoso.
58. Hijuela formada al conde de Ribadavia.
59. Cuentas de la testamentaría de don Jacobo María Gayoso, marqués de Camarasa.
60. Hijuela de la marquesa de San Miguel das Penas.
61. Testamentaría de don Francisco Gayoso y Larrúa.
62. Hijuela paterna de doña Manuela Fernández de Henestrosa, marquesa viuda de Casa Henestrosa.
63. Testamentaría de la marquesa de San Miguel das Penas y La Mota.
64. Testamentaría del marqués de Camarasa.
Casas. Existen en el archivo de Camarasa los siguientes documentos relativos a casas.
1. Venta judicial y título de una casa en la plazuela de Leganitos, en Madrid.
2. Título de la casa situada en la plaza de Leganitos.
3. Títulos de la casa número 38 de la plazuela de Leganitos.
4. Escritura de compra-venta de una casa en la plazuela de Leganitos.
5 Títulos de unas casas situadas en la calle de San Bernardo y calle del Norte, en Madrid.
6. Escritura de venta y título de la casa situada en la calle de los Reyes número 3.
7. Casa de la calle del Barquillo, en Madrid.
8. Libro de cuentas y razón en las obras de la casa de La Almudena, en Madrid.
9. Censo de la casa de la calle del Desengaño, en Madrid.
10. Escritura y cartas de pago de la casa de San Bernardo número 65, en Madrid.
11. Casa de la calle de los Reyes, en Madrid.
12. Cuentas de varias casas.
13. Título de tres casas en Sevilla.
Pleitos. Existen en el archivo de Camarasa los siguientes expedientes relativos a pleitos.
1. Pleito con los vecinos de Camarasa (Cataluña).
2. Pleitos sobre incorporación de la villa de Valdeorras.
3. Pleitos antiguos entre los Señores de Parga y los de Amarante.
Correspondencia. Indicamos a continuación las fechas que abarcan las correspondencias, dentro de cada sección. También se incluyen en este apartado las cartas, estados y solicitudes, dirigidas a los poseedores de los diferentes títulos que ostenta la Casa de Camarasa.
CORRESPONDENCIA GENERAL
Cartas, estados y solicitudes
1851-1882
AMARANTE
Cartas 1658-1784
|
1820
|
1676-1794
|
1826
|
1800
|
1827
|
1803-1804
|
1828
|
1806
|
1830
|
1804-1808
|
1832
|
1807-1808
|
1833
|
1817-1818
|
1835
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario